martes, 26 de noviembre de 2013

Continuidad de los parques



Había empezado a leer la novela unos días antes. La abandonó por negocios urgentes, volvió a abrirla cuando regresaba en tren a la finca; se dejaba interesar lentamente por la trama, por el dibujo de los personajes. Esa tarde, después de escribir una carta a su apoderado y discutir con el mayordomo una cuestión de aparcerías, volvió al libro en la tranquilidad del estudio que miraba hacia el parque de los robles. Arrellanado en su sillón favorito, de espaldas a la puerta que lo hubiera molestado como una irritante posibilidad de intrusiones, dejó que su mano izquierda acariciara una y otra vez el terciopelo verde y se puso a leer los últimos capítulos. Su memoria retenía sin esfuerzo los nombres y las imágenes de los protagonistas; la ilusión novelesca lo ganó casi en seguida. Gozaba del placer casi perverso de irse desgajando línea a línea de lo que lo rodeaba, y sentir a la vez que su cabeza descansaba cómodamente en el terciopelo del alto respaldo, que los cigarrillos seguían al alcance de la mano, que más allá de los ventanales danzaba el aire del atardecer bajo los robles. Palabra a palabra, absorbido por la sórdida disyuntiva de los héroes, dejándose ir hacia las imágenes que se concertaban y adquirían color y movimiento, fue testigo del último encuentro en la cabaña del monte. Primero entraba la mujer, recelosa; ahora llegaba el amante, lastimada la cara por el chicotazo de una rama. Admirablemente restañaba ella la sangre con sus besos, pero él rechazaba las caricias, no había venido para repetir las ceremonias de una pasión secreta, protegida por un mundo de hojas secas y senderos furtivos. El puñal se entibiaba contra su pecho, y debajo latía la libertad agazapada. Un diálogo anhelante corría por las páginas como un arroyo de serpientes, y se sentía que todo estaba decidido desde siempre. Hasta esas caricias que enredaban el cuerpo del amante como queriendo retenerlo y disuadirlo, dibujaban abominablemente la figura de otro cuerpo que era necesario destruir. Nada había sido olvidado: coartadas, azares, posibles errores. A partir de esa hora cada instante tenía su empleo minuciosamente atribuido. El doble repaso despiadado se interrumpía apenas para que una mano acariciara una mejilla. Empezaba a anochecer.

Sin mirarse ya, atados rígidamente a la tarea que los esperaba, se separaron en la puerta de la cabaña. Ella debía seguir por la senda que iba al norte. Desde la senda opuesta él se volvió un instante para verla correr con el pelo suelto. Corrió a su vez, parapetándose en los árboles y los setos, hasta distinguir en la bruma malva del crepúsculo la alameda que llevaba a la casa. Los perros no debían ladrar, y no ladraron. El mayordomo no estaría a esa hora, y no estaba. Subió los tres peldaños del porche y entró. Desde la sangre galopando en sus oídos le llegaban las palabras de la mujer: primero una sala azul, después una galería, una escalera alfombrada. En lo alto, dos puertas. Nadie en la primera habitación, nadie en la segunda. La puerta del salón, y entonces el puñal en la mano, la luz de los ventanales, el alto respaldo de un sillón de terciopelo verde, la cabeza del hombre en el sillón leyendo una novela.

Julio Cortázar

sábado, 16 de noviembre de 2013

Jacinto


¿Dónde estoy? Pensaba Jacinto, había pasado un día y medio del secuestro. El ayahuasca lo había secuestrado el jueves por la mañana y ya era viernes. Abrió los ojos como cuando uno nace, llorando y sin ver nada. Regresó asustado, pálido, con náuseas, con la boca seca y sabor a óxido, con fatiga y falta de aire, como un surfista sumergido y atrapado en las profundidades de una ola gigantesca y sale a la superficie en el último segundo de oxígeno, casi a punto de morir ahogado. Entendió que su viaje había terminado, que su amigo el chamán Alejo estaba a su lado desde el jueves por la mañana y no lo había dejado solo por un instante. Jacinto sintió el peso de la resaca, lo sintió cuando se quiso parar, le dolían las rodillas, la espalda el alma. -¿Qué me paso don Alejo? -¿Por qué usted no me despertó?. No puedo despertarte de tu sueño, nunca escuchaste que a los sonámbulos no se les despierta. Pero yo no estaba sonámbulo yo estaba solo dormido. -No te acuerdas que cantabas como un tucán, te movías como la serpiente y mirabas fijo como un jaguar?-No te acuerdas que me preguntabas ¿Porqué las cosas tienen nombre?¿Porque los hombres no quieren vivir? ¿No te acuerdas? Solo dormiste 3 horas, el resto de los días estuviste en otro mundo y era preferible no sacarte de ahí, era tu propio mundo, estabas aprendiendo de la vida, de tu vida, del mundo, de la tierra, de los animales que vivimos aquí, yo solo te daba agua y guía espiritual, pero en un momento la protección se las di a las tarántulas porque estabas molestándolas y temía que te las comieras. ¿Me quería comer a las tarántulas? No se, no estoy seguro, pero habrías la boca cada vez que las mirabas y te acercabas a ellas como la serpiente se acerca a su presa para devorarlas, creo que eras una serpiente. -Pero era parte de mis alucinaciones o habían tarántulas?. No,viven allí en el cuarto de mi hijo, quien por cierto te trajo mucha agua y una frazada.¿ Aprendiste algo? -Me vienen recuerdos de cosas extrañas, de figuras difíciles de describir, sentí en algún momento que tenía la respuesta para todo, existe una balanza de oro de la cual el hombre no quiere saber nada, una balanza que siempre está en equilibrio, y que si el hombre quiere, la puede tener, pero dependiendo de quien la toque la balanza se mueve, conmigo no se movió, pero con el si. -¿Quien es el? El abuelo, era un hombre muy viejo, pero realmente no se quien era ese anciano, tenía una vestidura rara, no era de acá, como que si fuera de la época medieval, llevaba sandalias raras y una vestidura que no es de aquí, -¿Parecía europeo? No estoy seguro, lo vi acercándose a la balanza, le vi como le brillaban los ojos al verla, vi el reflejo de sus ojos en la balanza de oro, el sé acerco y la cargo, apenas la toco, la pesa derecha de la balanza se movió, entonces el anciano extraño pegó un grito de dolor, tiró la balanza y me miro a los ojos, pedía ayuda, pero le di la espalda, me gritaba por agua, por aire, pero le di la espalda, quería yo hablar, quería ayudarle pero no pude, sólo le di la espalda.

Jacinto había perdido a su esposa y su hija en un accidente de autobús, aunque ese día su esposa le pidió que le diera 10 soles para el taxi, pero Jacinto se los negó, porque iría un ratito a la pelea de gallos, así que le dio 1.25 soles para el autobús. Jacinto había perdido su negocio porque no pago los impuestos por 3 años y el banco le había embargado su casa y su negocio, era el único hijo y sus padres ya habían fallecido hace mucho tiempo, sólo tenía un tío en Argentina que estaba desconectado totalmente de la familia. No tenía a nadie, solo a la familia muerta y ni enterrada porque nunca se encontraron los cuerpos. Jacinto decidió irse a la selva del Perú, al Amazonas, sin dejar rastro en Lima, a la selva a vivir una vida de animal, no encontraba nada que podría animarlo en la ciudad, y sabía que un día más en Lima, sería suficiente para acabar con su sufrimiento, y por más que quería acompañar a su mujer y su hija en la eternidad, no tenía el coraje suficiente para hacerlo, para volarse los sesos, era un pusilánime, aunque lo pensó, necesitaría balas para el arma oxidada que guardaba en la casa del perro que tenía en el techo.
Había entonces decidido irse a la selva, donde buscaría algo que hacer, algo en que creer, alguien en quien confiar y quien más que su último aliento Alejo, el chamán, quien lo conoció en Lima cuando a Alejo lo contrataron para bendecir a un caballo que debutaba en las corridas. Jacinto le pidió a Alejo que le pasará el huevo y el cuy a su negocio de abarrotes para que prospere, pero nunca próspero, porque Jacinto se gastaba las ganancias en el hipódromo y aveces en las peleas de gallo, pero más en el hipódromo. Le mentía a la mujer cada vez que le pedía vacaciones para la familia, Jacinto le mentía a su esposa cada verano - !Este país paupérrimo nos tiene secuestrados, no podemos salir ni a pasear por Miraflores o irnos a Miami, porque no nos alcanza la plata, no tenemos plata ni para ir a comernos una hamburguesa a Mcdonalds! O comprarle a la niña unas zapatillas Nike como se debe!. Le decía a su mujer que no tenían ni un centavo extra para vacaciones, que a las justas comían, la mujer le escuchaba como fiel aliada, y le preparaba sus lentejas con tocino y cebollita picada con arroz y su huevo encima porque ese era el menú de todos los días, aveces variaba las lentejas por habichuelas negras. En esa cena Jacinto comía pensativo, fantaseando que la próxima semana ganaría en las apuestas, su hija vino corriendo y le dio un beso y le enseño las notas honorables que saco en la escuela primaria, y le pidió que le regale una bicicleta para Navidad, Jacinto se lo negó, a pesar de que pudo regalarle muchas bicicletas a su hija y darle muchas vacaciones a su esposa, pero no, se gastaba la plata en los caballos cada domingo y de vez en cuando en las peleas de gallos.

-No quiero recordar a ese viejo maldito que vi en mi viaje.¿Porqué? Le dijo el chamán Alejo, porque me recuerda todo lo malo, quiso apoderarse de la balanza que me pertenecía, era tan real, que ya me hacía de venderla y sacarle un provecho, era de puro oro. Jacinto se llevaba las manos a la nuca y miraba el techo de la choza donde estaba, lloro por un rato, con fuertes respiraciones le dijo al chamán que no se sentía mejor, que ese viaje que cambia a las personas no le había resultado a el, que sería mejor perderse en la jungla solo, y que se lo comieran las anacondas lentamente, así como se comen a los animales grandes hasta que estos llegan al estómago de la anaconda y los digiere con el tiempo. -Quiero morir sufriendo, quiero morir con dolor, soy un asco de ser humano, soy peor que la basura que botan los comerciantes del mercado central de Lima, soy la mierda de la mierda, llevándose los brazos a la nuca y esta vez de rodillas en el suelo mirando hacia el piso, lloraba. Extraño a mi esposa a mi hija, ¿porque me pasa esto a mi?  Nunca la traicione con otra mujer, nunca le puse un dedo encima, ni a ella ni a mi hija, porque dios me castiga de esta manera! Se lamentaba Jacinto mientras que Alejo estaba sentado frente a el con una bolsa de hoja de coca en sus manos tomo un poco y se lo llevo a la boca y le dijo: Ese viejo que quería robarte la balanza eras tu mismo, ese viejo que rompió la balanza eras tu, la balanza es la representación del equilibrio, es tu aliado, tu no puedes traicionar a tu aliado, al equilibrio, eras tu ese viejo lleno de excesos. La balanza se inclinó porque tu la inclinaste, tu creaste al viejo, nunca hubo un viejo aquí,viste la balanza porque viste tu más grande error, el extremo. Tu alma se ha envejecido, a pesar de que solo tienes 43 años pareces de 80. Ese viejo eras tu, Jacinto levantó la mirada con lágrimas en sus ojos, se intentó calmar pero fue en vano, con las cejas cruzadas de inocencia vio a Alejo, respiraba más tranquilo, respiraba profundo, ya no le temblaban las manos, se sentó y quedo en silencio. Este viaje ha sido para que veas tu propia vida, para que te des cuenta de que puedes arreglar tu vida.

Es muy tarde para eso Alejo, mi esposa esta muerta al igual que mi hija, he matado a mi propio perro, porque el día que tenía que pagar para sus vacunas me las gasté en los caballos y en una semana se murió, era un perro fino y se enfermó y murió, me he matado a mi mismo desde el día que entré a ese hipódromo asqueroso, y deje mi vida en las apuestas. Sin embargo, los que están ahí tienen todo, tienen familia y siempre se les ve felices, yo quería eso, quería ser feliz, quería ganar una apuesta y llevar a mi mujer a Miami comprarle la mejor bicicleta a mi hija. Pero no, me gastaba toda la plata en las apuestas y nunca gane ni mierda y cuando lo hice la perdía apostando de nuevo, me debí ir a casa cuando gane una apuesta a la mejor partida, eran cinco mil soles, pero los aposté a Las Vegas, caballo asqueroso se cansó y le ganaron todos, perdí todo! Soy una lacra inmunda, un estropajo, un mal esposo,un pésimo padre, un mal hijo, seguro mis padres se murieron por mi culpa, porque dejaron que sus enfermedades se los lleven ya que no tenían motivo de vida por un hijo de porquería como yo que no quería ir a la universidad, ni seguir el negocio del padre, porque mi apellido inglés era suficiente.

Alejo lo miro con mucha seriedad escupió la coca que masticaba y puso un par de hojitas más en su boca. -Eres necio,terco, le dijo. No insistas en algo que sí conoces, sabes que tu vicio ha acabado contigo,insiste en algo que no conoces, busca el equilibrio, esa es la respuesta a tu  mejora. Sal de esta choza y corre al monte de Junín, siéntate ahí por unas dos horas y respira las hojas que envuelven al monte, acuéstate y duerme en el monte, llévate agua, también pan y envuelve este cuy curado con sal y quédate ahí todo el día, verás que encontrarás la respuesta por ti mismo, es en vano que yo te diga que hacer, el viaje que tuviste es tuyo y tu eres el único que se tiene que dar cuenta que significa. Anda y ve, reflexiona sobre el viaje.

Jacinto aceptó con la mirada perdida, agarro las cosas que Alejo el chamán le había dado y fue hacia el monte de Junín, que estaba más o menos a 5 kilómetros de la casa de Alejo, no era un monte grande, era más como un islote en el medio de unos arbustos que suelen formarse por las arenas finas de las orillas del Amazonas, pero Alejo, acostumbrado a la región andina tampoco estaba muy familiarizado con la selva, también buscaba un futuro mejor, no económico, sino espiritual, los Andes los enfriaba mucho y necesitaba el calor de la selva, Alejo llevo a toda su familia a Iquitos y ahí fue donde Jacinto lo encontró.

Julián descansó ahí, medito, término la faena y empezó a comer el cuy curado con sal que le había dado Alejo. Después se durmió profundamente, como si el cuy curado con sal fuera un poderoso analgésico, Jacinto se durmió sin sufrimiento, tranquilo y con ignorancia de los peligros de los islotes de la selva. Ya había estado un caimán rodeando a Jacinto sigilosamente, así como lo hacen los caimanes del Amazonas y otros animales, te estudian por horas y saben que somos sus presas, pero tienen paciencia y esa es su mejor virtud. Vino un caimán de cinco metros de sigilosos movimientos y le pesco el cuello de un mordiscón, sacudiéndolo muchas veces y llevándolo al río para asfixiarlo, el caimán daba vueltas con el cuerpo de Jacinto como un tronco cortado por los taladores de árboles que gira y gira sin parar por los causes del río Amazonas hasta llegar a su destino lucrativo. Jacinto nunca salió del agua. Cuando el caimán gigantesco salió, regreso al pequeño islote y se quedo dormido al lado de las pertenencias de Jacinto, vio el cuy casi entero que había dejado Jacinto pero no se lo comió, estaba satisfecho con el festín.

Mauricio Fuentes

domingo, 10 de noviembre de 2013

El fetiche



Andar descalzo es de pobres, de zarrapastrosos, de gente sin ningún tipo de decoro ni pudor. Los pies de una persona a veces son feos, y están llenos de callos y de heridas allí donde rozan todos los zapatos. Los pies sudan, huelen mal, son una parte olvidada de nuestro cuerpo que nos limitamos a encerrar en una caja cuando estamos en público. Los pies no están cómodos ahí dentro, los dedos no pueden moverse al compás de la canción que tararea nuestra cabeza, los dedos no pueden bailar. 

Para mí, los pies son bonitos. Tan marginados, tan esclavizados con el peso diario de todo nuestro cuerpo. De todo nuestro voluminoso y pesado cuerpo, torpe y carente de gracia. ¿Sus heridas? Las cicatrices de su dolor.

Corro descalza, y noto el pinchazo del frío en cada milímetro de la planta del pie. Corro rápido, y a medida que me acerco a mi destino, sucia y sin zapatos, el frío pinchazo se convierte en dulce quemazón.

Ven tú también. Quiero besarte los pies. 
Ainoa Marco

jueves, 7 de noviembre de 2013

Mira una moderna

La tarde que Mirta del Foso desapareció, su padre y su madre -como dos padres y madres cualesquiera, padres y madres diseminados a lo largo del orbe, vértebras de una indolora clase media que jamás esperaría que el sistema de repente se dé la vuelta, que los códigos se rompan, que la enorme bota de la ley les aplaste el cráneo de tribunal en tribunal, recurriendo y escalando- sus papás, digo, la habían llevado al parque.

Describiría a Mirta, pero creo que ya todos saben de sobra cómo es, o cómo era. Sin embargo, sí haré una semblanza alternativa: Mirta es como una bolsa en llamas puesta en la cabeza de sus padres.

¿Dónde esta Mirta, dónde está?

Dicen que la tiró al río un tal Bolaño.

A veces, en la noche improstituible de Plaza España, oigo voces que gritan "Bolaño libertad" y "Mirta libertad", voces de borrachos, voces de jóvenes que aún caminan por la cuerda floja de la juventud, divino tesoro, divino tesoro del infierno, que es una cuerda tendida entre el adolescente y el parado, y de algún modo me gusta creer que lo que hacen es reivindicar algo, intentar que al menos los madrileños y madrileñas, MADRILEÑOS Y MADRILEÑAS, se sorprendan un poco, porque cuando la gente se sorprende no le queda más remedio que abrir los ojos.

Pero para poder pensar esto tengo que haber bebido mucho, y últimamente ando sin un puto duro.


A los pocos días de que los ecos en los medios hubiesen hecho sobrada justicia a la expresión dar el latazo -término que acuñaron Lorca y Dalí, entre besitos y caricias, para indicar una cualidad inherente a la formalización cubista o gongorina de cualquier objeto artístico, o lo que es lo mismo, para expresar que un cubista en poesía siempre va a ser un coñazo- en lo referente a la extraña desaparición de la niña hasta la hora, todas las pistas llevaban hasta un tigre de bengala que se escapó del zoológico y Bolaño seguía manteniendo su huelga de hambre y de palabra en la cárcel. Coca-cola y Burguer King organizaron una campaña conjunta de publicidad sobre el caso para ayudar a la justicia. En los Happy Meal, los niños podían coleccionar las cinco maneras más votadas en internet sobre cómo pudo ocurrir el caso. Coca-cola, por su parte, decidió hacer un homenaje a los westerns y empapeló varias ciudades principales de España con carteles de "Se busca", ofreciendo una sustanciosa recompensa de diez años de suministro ilimitado de cualquiera de sus productos (pero solo uno).

En vista a que el escritor de novela pseudo-erótica, Bolaño, sigue reticente a identificarse como el asesino, que las pruebas contra él están basadas en indicios, esto es, no son suficientes para condenarlo al garrote vil como Dios manda -el Estado solo tiene derecho a retenerlo y torturarlo para que hable-, y el fervoroso deseo popular de vengar a la pobre Mirta, hoy en el Parlamento se decidirá si se dejará en manos del pueblo español la decisión de elegir al asesino. Esto conllevaría a que se haría, como ya ocurrió anteriormente, una consulta via facebook en la que cada ciudadano que cotice en la seguridad social podrá elegir como candidato al asesinato a quien le canten las pelotas. Las encuestas previas indican que al final todo quedará entre el tigre y Bolaño.

Bien compañeros, así es como están las cosas. A cada uno se le ha asignado un dosier con toda la información completa que les acabo de relatar. Ese tigre está en peligro. Después de años en la sombra por fin nuestra organización tiene un objetivo. Tenemos que salvar a ese tigre. Los derechos universales de los felinos se vuelven a ver atacados por este Estado opresor homocéntrico. Como sea, hemos de hacer que el tal Bolaño ese acabe como culpable._

Ahora gritemos todos nuestro lema y a trabajar, compañerxs!


¡¡¡¡La alienación mató al gato!!!! ¡¡¡¡Felinos Askatuta!!!!


Diario La farola, 3 de febrero de 2013.

Ayer aconteció un evento sin precedentes en nuestra nación. Como todo el mundo sabe, a las 13 horas del susodicho día anterior a éste estaba convocada una consulta ofrecida por Facebook (R) y sponsorizeada por Coca-cola (R) y Burger King (R). Todo el país esperaba expectante que un verdugo acabase con la vida de Miguel Bolaño, varón de raza blanca.

-Manolo, date prisa que llegas tarde y luego a ver quién da de comer a la niña, porque limpiarla ya sabemos quién la limpia.
-Calla Concha, que esto es interesante, que no van a matar al asesino hijoputa ese.
-¿Ah, no? ¿Y quién ha salido culpable?
-Pues eso te digo, mujer, que me dejes leer a ver si me entero.
-Ay Dios mío. Y el verdadero asesino por ahí suelto. La madre que parió a este país. Si es que ya te dije que nos teníamos que haber hecho feibu.

...las razones que se barajan son cuatro.

Uno. Que el comentario del día 1 de febrero del presidente Botín enfureciese a las masas. El comentario -captado por un micro abierto, recordemos- fue: "¿no querían consulta popular? Pues toma dos tazas".
Dos. Que la sociedad se haya puesto de acuerdo de alguna manera para votar en común como una enorme broma de mal gusto. Desde la jefatura de policía, sin embargo, se ha afirmado que esto es imposible, que la población está debidamente -ejem- vigilada.
Tres. Un ataque hacker.
Cuatro. Que todo esto se deba a que la red social que se eligió para la consulta sólo sea utilizada en general por individuos aún inmaduros, que no están preparados para votar.

Sea como sea, lo único seguro es que la persona que ha sido declarada como asesino debería ser ejecutada hoy a las 19 horas en el lago del parque del Retiro, Madrid. Esa persona -como nuestro lector tal vez ya sepa- es


Lo primero que hizo Cristiano al ver su imagen y nombre en la pantalla se puso a llorar. Se acordó de aquel maldito penalti. Recordó el tiempo en que sus llantos eran televisados y la mitad de aquel país le amaba. Pero eso era antes de convertirse en esclavo.

El fútbol había cambiado. Sobre todo con la entrada en vigor del Tratado de Libre Transacción. Antes no le preocupaban aquellas cosas. Ahora su persona jurídica pertenecía a una empresa._

Desde que su club de fútbol le obligó a nacionalizarse como español, por orden expresa del Ejecutivo para mantener el "boom" de la roja tras la muerte de Villa a manos de un babuino en el zoo, se había sentido muy triste y deprimido en su cárcel palacio. Pero deprimido de verdad. Luego eso se transformó en odio. Y erró aposta aquel penalti definitivo._

-- Ahh Dimitrri, esto va a serr diverrtida.
-- Ha ha ha ha, sí

Estaba solo. Completamente solo. Hasta sus dos guardaespaldas habían votado por él.

Si no me creen, vayan y hagan el experimento ustedes mismos: busquen un escritor menor de cuarenta […] y pregúntenle por Bolaño: más del ochenta por ciento, no exagero, dirá que es bien padre o güay o chévere o maravilloso o genial o divino. Y luego pregúntenle a un escritor mayor de cuarenta […] y verán que en el ochenta por ciento de los casos tiene algún reparo que hacerle, o varios, o todos. […] Ante un fenómeno que se aproxima a lo paranormal y que posee innegables tintes religiosos_―Bolaño para presidente, God save Bolaño, Bolaño es Grande, Yo©Bolaño―_cabe preguntarse, evidentemente, ¿por qué?


El mayor logro que podemos adjudicar a la literatura de Bolanio, no obstante, desde la Teoría de la Rasgadura del Velo, es el que deriva del personaje principal de su última novela_2555: te reviento el culo,_el joven y expermental director de_snuff_norcoreano, Kim Jong-Archimboldi. La obsesión por el medio acuático, inspiración para películas, que caracteriza a Kim, llevándole hasta el extremo de olvidarse de respirar cuando se sumergió en la bañera de semen y sangre cuando tenía cinco años, ha dado lugar a un curioso fenómeno. Desde el año de la publicación de la obra hasta hoy, un número cada vez mayor de jóvenes-zombi -según la terminología más actual de la sociología- ha emigrado a vivir al mar. Actualmente podemos hablar de tres comunidades abastecidas de pescado y rudimentarios desalinizadores como para sobrevivir. Su objetivo, según los documentales del año pasado, es el de conseguir vivir el tiempo suficiente como especie en el agua como para evolucionar. Todos admiten que la motivación surgió a partir de la lectura de Bolanio. Aunque es verdad que debemos admitir que a ello también han contribuído recientes pruebas de un posible salto del homo sapiens a los mares hace mucho tiempo. Además Bolaño... y Bolaño, porque Bolaño, es Bolaño, más Bolaño, que el mismérrimo Bolaño, es decir, bolaño es Bolaño, no?, es Bolaño Bolaño? Quien ViGila? Quien ViGila _A BolAniIoo

En fin, lo que yo -pobre expectador de los acontecimientos de este mundo enfebrecido- venía a decirles, es que Bolaño sobrevivió y -cómo no- se fue a vivir al mar entre los suyos, personas o sirenas que hacía tiempo no habían visto la televisión y que por lo tanto no sabían que Bolaño casi, casi, había muerto por el asesinato de Mirta de la Torre, se fue a vivir, decía, al mismo fondo del mar, donde le consideraron un impostor, pero con cariño, es decir, no lo mataron, no lo mataron aunque había dicho que él era el creador de Kim Jong-Archimboldi, no lo mataron por hacerse pasar por su Dios, incluso le dejaron ser uno más entre sirenoides, y desde luego no lo mataron por llevar al cuello un colgante con la última de las muelas de Mirta de la Torre.

Tres de los escritores bárbaros.

martes, 5 de noviembre de 2013

Cuenta la leyenda


Cuenta la leyenda del Reino de los Sin Sabores que su princesa iba constantemente de aquí para allá, buscando su príncipe pero dejándose resbalar. Su joven príncipe la miraba desde lejos siempre. Este caballero la había salvado ya del joven mendigo el cual la amaba con el alma pero con el que ella tan sólo jugaba. De aquel tipo caprichoso, noble y creído, que pensaba que lo tenía todo hecho. También la salvó del señor mayor y feudal que tan sólo buscaba una alianza matrimonial para ganar derechos de herencia. Combatió por ella contra el incipiente burgués que le prometió oro y plata invisible. Peleó, incluso, por su princesa, con el dragón de las alas de fuego que la raptó y que congestionó al Reino. Y, cuando al fin ella se dio cuenta de que su príncipe había estado siempre ahí, él dejó de creer en princesas y en el amor. Cabizbajo se marchó, dejando atrás la leyenda y el Reino, creyendo solo en su noble y guerrero corazón.
G. S. Díaz

sábado, 2 de noviembre de 2013

Oración autobiográfica de Félix Hangelini


Como experiencia puedo asegurar soy un fracaso. Viví donde podía. La Habana Barcelona Madrid México DF. Nombres se repiten enfermizos bajo luz de sol. Nombres cáusticos antes no eran nada, y ahora mapa pirotécnico quemándose de sangre de ombligo. Nombres duelen cuchillos lentamente clavándose. Este cuchillo no siente estómago, este estómago sin voz y sin promesa de mañanas, no entiende. No será. La Habana Barcelona Madrid DF última estación. Nombres confundidos hechos aire con la sangre de mi boca, boca no cerrada, sí los ojos; pero ella seguirá hasta fin de los oídos, aunque cambien esos nombres, La Habana Barcelona no recuerdo, nombres extintos una vez me acogieron.

Gonzalo Lozano